Viernes 15/1/21.
Villate fútbol
Menores de 29 vs mayores de 29
¿Qué es el fútbol sino esto? ¿Qué es la unión de amigos, e incluso de apenas conocidos, todos los viernes, y asumir un compromiso? Un compromiso que llena el alma toda la semana si sabés que jugás, porque después de todas las malas sangres que te pueden pasar entre semana, vos lo terminás así, con fútbol. Energía, descarga, buena onda, deporte y sobre todo, vida.
Solo necesitás de un equipo azul, los jóvenes, generación post 90 que recién toman contacto con la vida social en el nuevo milenio. Y un equipo rojo, los veteranos, y que llegaron a tener al menos 8 años antes del 2000 y pudieron disfrutar de los 90’s
Ingredientes:
Primero ponga en un bowl estos ingredientes frescos, así como vienen:
Un Zajur de 24 años, en otras regiones conocido también como Jazur, Juzar, Jruz, Rzjua, o comúnmente abreviado ZJR, o ﮓ : siempre atento a recibir el pase, intentará hacer duplas con el Bocha y el Arquero. No es necesario que sea tan preciso en la definición, tiene velocidad aunque no siempre lo acompaña la pelota, pero las jugadas de peligro que genera pondrán al equipo que escuchaba Madonna y Soda Stereo muy nervioso.
Un Arquero de 25 años, pero que no ataje. En el conurbano conocido como Abad: es importante aclarar que tiene que tener mucho aire, es increíble lo que correrá este ingrediente en el partido, subiendo y bajando, aunque no necesariamente tenga que tener precisión en la definición. Pero la garra que pondrá le dará sabor al bowl azul. El limón del tequila, o el chocolate de la torta.
Incontables las veces que llegarán al arco este ingrediente y el ZJR: oportunidades no les faltarán, incluso convirtiendo algunas veces, pero en muchas quedará la suerte del lado de los veterojos.
Un Juancho de 25 años, la muralla Rivarola: si un contrincante quisiera subir y pedir pase, se topará con una pared de 30cm de espesor que lo marca y no deja recibir en paz. Ni hablar si quisieran pasarlo, la imaginación solo buscará saltarlo, pero no lo va a dejar solo, pues sinceramente persigue y mete presión. Imagínese Usted una muralla movediza!
También le será clave a la hora de la salida con los pases y una alternativa más para armar los contraataques. Dicen por ahí que es un ingrediente que cada vez se cansa menos. Nadie lo ve con la lengua afuera.
Un Bocha de 25 años, si es posible que tenga que laburar antes y después del partido, el estrés laboral lo obliga a acumular presión y ganas que espera liberar siempre con todo en los partidos. Es la amalgama como lo es el huevo, la estructura del equipo, arma con pelota, y sin, desarma a los rivales, corre hacia ambos costados mientras mira a quién pasarla, y luego busca el hueco para que le devuelvan la pared. Ingrediente que se lo puede encontrar en la alta cocina. Un capítulo aparte como dispara, dejando en paladar una tensión, mayormente con un final amargo para los veteranos. No así si Usted es joven, ya que le podrá otorgar un final de tiro con celebración de gol, ocasionalmente.
Si puede invite a un Alen de 26 años, que si quiere usa guantes. Y cómo los usa! Este ingrediente fresco no necesita mucha más madurez para asentar presencia. Colador sin agujeros parece. Atento a los tiros de afuera y a los pases al área. Buena reacción y solidez en los mano a mano. Una referencia en el arco, sale bien de abajo y no arriesga en la salida, analizando a donde pasarla (incluso demasiado muchas veces, impacientando a todos con sus tiempos)
Por otro lado, mezcle en un Tupperware® estos ingredientes, y deje macerar de 5 a 10 años. Notará que llega a una preparación madura:
Un Kasba de 29 años, casi 30, la racionalidad le permite esa madurez del Tupper®: Figurará más que nada de la mitad para arriba (de la preparación o de la cancha), y ahí hay muchas variantes de este ingrediente: meterá goles, pases, errará o intentará jugadas amalgamadas con sus pares aunque no siempre se logran conectar. Insisto que, por la racionalidad característica de este ingrediente, siempre responde noble a su método, aunque a veces le faltó la picardía de la locura, la sorpresa de lo insensato. Será como el azúcar: siempre está ahí, se usa también para recetas saladas, pero por suerte en esta receta, en varias ocasiones le dará ese dulzor conocido: goles.
Un Toro viejo de 30 años: este es el ingrediente que le da el cuerpo al equipo. Solidez defensiva, y es como siempre, la polenta del equipo. Muy atento a coordinar con sus pares a la hora de atacar y atento en la marca en las contras. Aunque no siempre lograrán coordinar con su hermano para las concreciones, sus subidas y bajadas inclinaron la cancha. A la juventud no le es fácil marcarlo, corre mucho y convierte. Innegablemente es un ingrediente que le da cuerpo a las comidas: sabés que está, y se nota.
Un Tincho de 32 años, (por favor no lo compre en envase plástico! conserva mejor su sabor y propiedades en envase de vidrio): Básicamente cumple un objetivo: conectará a todos los ingredientes de su equipo. Abajo solo lo necesario pero rápido para los contraataques, arriba muy peligroso para los fresquitos, y si nunca escuchaste un cassette, te meterá goles. Como dicho arriba, gustaría que mirara más a su hermano para hacer duplas implacables, aunque capaz eso solo sea producto de mi deseo de ver a los hermanos Korioto de los Super Campeones, mientras tomaba un Nesquik al volver de la primaria. Porque sí que la pasó, sí que amalgamó, y sí que corrió. Básicamente le da consistencia, y también cuerpo al producto final.
Un Marco de 35, agridulce: ¿viste cuando compras siempre en el mismo lugar lo mismo, pero una vez te viene diferente? Cómo cuando las 9 de Oro vienen un poco más quemadas de lo normal. Cómo cuando vas siempre al mismo restorán, misma mesa y mismo mesero pero hoy faltó y hay otro. Un Marco suele correr mucho, pero puede que en este partido no sea así; un Marco no se cansa generalmente ni en 60 minutos, pero puede que en esta receta se canse a los 20 y ya no tenga más aire; no suele pegarle de lejos al arco, pero puede que esta vez tire como 5 remates de lejos (y que no meta ni uno cerca).
Y agridulce porque no es ni fu ni fa. No es dulce lleno de goles, no pica y rompe toda la defensa, no es el salado que te pega en los tobillos defendiendo todo. Puede que esta vez sea fácilmente reemplazable de a trozos. Aunque de apoco puede sumar algunos porotos: pases cortos para salir jugando, pases largos buscando pares en el área rival o en las puntas, tiros al arco que dejan rebotes riesgosos para el rival, perseguir a los ingredientes frescos, cortar contraataques, subir mucho (la mayoría de las veces solo para molestar) y sin concretar, aunque con algún golcito, sobre todo con la cara.
Y finalmente un Diego de 36, la sabiduría: El más experto del grupo sabrá poner paños fríos cuando hace falta, usa mira de halcón para pases de un área al otra, organizar ataques desde la otra punta de la cancha, sube achicándoles a los rivales la zona de confort, y básicamente una batidora cuando se quedaba arriba porque desorienta al rival. Organiza al resto de los ingredientes y acompaña las subidas. No necesita específicamente mojar, quizás lo haga alguna vez, pero sí se encarga de dejar todo listo para que la empuje un compañero hasta la red. Una eminencia a la hora de defender.
Preparación:
Una vez ya maduros los maduros, y frescos los frescos, júntelos en una cancha y tire una pelota en el medio. Notará como se va armando algo que en realidad ya estaba listo desde hace años: distensión, alegría y la grandeza de pertenecer a un compromiso mutuo con otros 9 Héroes, o hasta 23 incluyendo a todos.
Segundo paso: saque del medio. Menos de 30 segundo harán falta para que los que se encuentran frescos, despierten de la siesta a los abuelos con un tiro simple al ras del piso que termina en gol. Culpa de Marco que manda a atajar a quién recién se estaba atando los cordones. No había forma que esté involucrado como los instagramers exigían!
No se quedan atrás ni dormidos los veterojos que lo empatan ni bien pueden.
Como siempre los primeros goles cuestan en caer, pero después es un ir y venir de arco a otro y saques del medio. Bastante prolijo, generalmente una vez cada uno.
Pero de golpe la juventud se impone y dice presente varias veces seguidas: 2 arriba, o 3 en un par de ocasiones. Hasta 4 goles de ventaja llegó a ostentar el conjunto de los que nunca comieron en PumperNic.
Los embajadores de la experiencia, luego de unos tiros de pinball, no querían quedarse atrás, pero no había mucho para hacer contra el dinamismo de piernas más nuevas, aire fresco, cambios de lado y contraataques rápidos. Incluso se escuchó la pregunta entre los rojos: –¿Qué hacemos?! – signo de que la experiencia no es todo, ni alcanza la teoría, sino que ya sería el turno de pasar el legado a los discípulos.
Medio abatidos, pero sin bajar del todo los brazos intentaron buscar un gol como se pueda para acortar la distancia a 3.
Para los últimos 20 min, suceden un par de cambios clave. A pesar de que el equipo rojo haya tenido que soportar esas miles de bandas de pop de los 90’s que preferimos no mencionar, empezó a parecer que se les quemaba la torta a los del equipo de la juventud azul:
No subir todos y dejar solo a un rojo defendiendo los contraataques dinámicos azules, marca personal al armador y amalgamador del equipo joven, y pases más largos para no perder la pelota en la mitad de la cancha, sino para jugar el riesgo cerca del arco azul.
Con estos cambios clave, llegó el gol para concretar la diferencia de 3, abultada.
Creo que estos cambios desconcertaron al equipo de menor experiencia, y sumado a que poco a poco el rojo ejercía más presión en la salida, no les quedó otra que cometer errores de novatos: vehemente subida de defensor veterojo generan otro gol, quedando el azul arriba por 2.
Luego, que haya goles como sea, era el lema rojo: más presión y atacando con experiencia (y ya un poco de desesperación) el equipo rojo es cortado por el joven pero preparado arquero azul, que lamentablemente al despejar bajo presión, da de lleno en la cara de Marco que deja la pelota casi en la línea para que Kasva la empuje hasta la red. Incontrolables sensaciones hicieron que los abuelos mojaran sus pañales, la diferencia ahora es de solo 1.
Recobrando la compostura, los padres del compact disc, empiezan a buscar que los más verdes pierdan la cordura mofándose un poco (nomás para darles un desafío adicional que los ayude a superarse, ¡no era por actitud antideportiva buscando se calienten y pongan nerviosos!).
Además, la sangre les corre de nuevo por las venas a los rojos, como cuando escuchaban The Final Countdown, y empiezan como engranajes a mover la pelota.
Desde el propio arco, salen jugando corto, vuelve la pelota al arquero para cambiar de lado, pase al medio campo, corrida eludiendo centenials, (lector: ponga la respiración en pausa como lo fue en el partido), apertura para mandar un centro que no pudo ser, entonces se elige que vuelva la pelota al medio, rabona para que entre al área, un punteo del Bocha casi evita el pase, pero los rojos son tantos y están tan entusiasmados (no soltar aún respiración) que la pelota vuelve al Toro viejo y rojo, que con un toque de primera y fuerte, la pone adentro. Ahora sí… la respiración se va en un grito conjunto, ¡todo el equipo al unísono de GOOOOL y corriendo hacia el centro de la jugada, donde se encuentran todos y dan un abrazo, que tímidamente se acuerda que estamos aún en pandemia y que no se debería, pero bueno, pasaron tantas cosas, que el alcohol después resolverá! Y siiiii, alivio, estamos iguales! Y el festejo es eterno y colectivo porque para hacer el gol, la tocó y movió todo el equipo!
El empate más festejado, siguió la tendencia con 2 goles más de los primitivos y originales Picapiedra. Los modernos Supersónicos no lo podían creer, estaban ganando por 4 y ahora perdiendo por 2… pero esto no termina acá.
Los nervios en ambos bandos, los rojos que estaban entre querer hacer más goles, y su defensa que quería pegarle de lejos, no sólo para despejarse el problema sino para ver si de rebote metían algo más. Y los azules, obligados a no sentirse menos que sus mayores. No podía ser que esos viejos hechos pelota les ganaran..! Así, es como el azul se recompone y clava un gol para decir que seguían ahí, y para hacer notar a los más expertos que todos pueden sucumbir. Pero acá es donde el más sabio y experto tranquiliza a los suyos, y de ahí en más, no quedó más de un minuto en que el rojo intentó mantener el dominio de la pelota para que solo un breve intento del azul tirara lejos del arco justo cuando llegó el Yogui a echar a todo el mundo.
Cabe destacar, que a pesar de que el equipo rojo, por veterano y compasivo con los más jóvenes, quiso que se jugara un poco más, la exigencia estricta del Yogui no lo permitieron.
La juventud claramente tiene la fuerza y dinamismo, pero con la experiencia no se juega. La experiencia puede ser sólo esos 3 años que separan a Kasva de Alen, pero el diablo más sabe por viejo que por diablo. Y los jóvenes son el futuro… pero no son el hoy.
Hoy fue de los héroes veteranos, que, para colmo, se quedaron a un post partido. Y que los centenials prefirieron ir a sus casas, a pesar que los tutores quisieron invitar para compartir la victoria que era de todos por haber aprendido jugando. Pero no. A sus casas. Y los rojos brindaron, y qué birras muchachos. Por muchas otras más!
vs
JDP: Bocha, a pesar de no llevarse la victoria, su nivel y coordinación del juego, y manejo del balón, lo hicieron líder natural de su equipo, dominando la mayor parte del partido.
GDP: el del abrazo. El del equipo rojo en conjunto, que dio el empate y derrumbó la moral azul. Fue como el de Cambiasso en el mundial 2006, la tocó todo el equipo, y por más que se la pasó Crespo de taco dentro del área, lo definió él y lo festejaron todos juntos abrazados. Fue considerado el mejor gol de jugada colectiva en la historia de los Mundiales.
HDP: No siempre el héroe está visible: Maryan, Pepe y Rodra (están en ese orden porque Maryan lo dijo primero, pero los 3 están en la misma).
Iban a jugar estos partidos pero se bajaron por sospecha de Covid, eso para mí es un comportamiento honorable, ya que para evitar perjudicar a otros cedieron su lugar y se quedaron sin partido. Y hasta ni tienen síntomas lo cual seguramente hayan tenido que superar el orgullo propio de decir que “a mí no me va a pasar nada ni contagiar nada”. Pusieron al otro antes que a ellos mismos.
AHP: El Covid, además de no dejarnos jugar por casi todo el 2020, ahora no saca jugadores por sospecha, y sigue dando de baja gente.
Si me permiten unas líneas en este espacio de todos los Héroes, para un homenaje personal: esta semana falleció mi entrenador de fútbol. Me entrenó algunos años, y si bien yo nunca fui bueno ni me dediqué más a la práctica federada, su pasión por estas 3 cosas son las que quiero remarcar: el fútbol, la enseñanza, y unir grupos de gente. Lino Camaño vivió intensamente priorizando estas 3, lo que me recuerda, que tenemos que aprovechar. Vivir la vida intensamente, y aprovechar estos espacios que aún hoy podemos disfrutar. No desperdiciemos el tiempo. El peor error, es creer que lo tenemos.
O Juremos Con Gloria Morir!!!
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